Mujeres en la transición ecológica: desigualdades, avances y retos

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La transición ecológica constituye uno de los grandes desafíos del siglo XXI y una oportunidad para redefinir el modelo productivo y social bajo criterios de sostenibilidad. Esta transformación no puede comprenderse sin incorporar la perspectiva de género, por lo que el informe Mujeres en la Transición Ecológica 2025, publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ofrece un análisis detallado de la situación de las mujeres en sectores vinculados a la economía verde. A través de 53 indicadores distribuidos en 10 áreas clave, el estudio examina empleo, emprendimiento, formación, gobernanza, salud, energía, biodiversidad, agua, medio marino y hábitos sostenibles, aplicando un enfoque interseccional que atiende a variables como edad, nacionalidad, nivel educativo o lugar de residencia.

El informe evidencia que aún persisten profundas brechas de género en el acceso y participación de las mujeres en la economía verde, aunque también se identifican espacios de avance, especialmente en términos de igualdad salarial y formación universitaria.

Brechas en el empleo y emprendimiento verde

Uno de los datos más relevantes es la infrarrepresentación femenina en el empleo verde. En 2023 solo el 14,2% de las personas ocupadas en actividades económicas verdes eran mujeres, frente al 50,4% en el resto de la economía. La brecha es aún más acusada en perfiles de mujeres mayores, extranjeras, con menor nivel educativo o residentes en zonas rurales.

El emprendimiento verde refleja desigualdades aún más amplias: las mujeres representan únicamente el 11,5% del empresariado verde, mientras que alcanzan el 15,1% en puestos asalariados. En contraste, en el resto de la economía las diferencias entre empresarias y asalariadas son menores, lo que evidencia una desventaja específica en el ámbito de la transición ecológica.

No obstante, el informe revela un matiz positivo, puesto que la brecha salarial en la economía verde es significativamente menor que en el resto de sectores. En 2023 la base media de cotización de las mujeres en actividades verdes fue solo un 1,5% inferior a la de los hombres, frente a un 13% en el conjunto de la economía. Además, las mujeres en el sector verde cotizan de media más que aquellas ocupadas en otros ámbitos, mientras que los hombres muestran la tendencia opuesta.

Propiedad de explotaciones ecológicas y formación

La desigualdad se extiende a la propiedad agraria, ya que en 2023 las mujeres eran titulares del 21,9% de la superficie agrícola utilizada (SAU) y del 22% del ganado, cifras casi idénticas a las de la agricultura convencional, lo que refleja una barrera estructural de género en la titularidad de explotaciones.

En cambio, los datos de formación vinculada a la transición ecológica ofrecen un panorama más equilibrado. En los estudios universitarios de Ciencias Ambientales existe paridad en la matrícula y en las tasas de afiliación a la Seguridad Social tras la finalización de los estudios, tanto en grados como en másteres. Sin embargo, en la Formación Profesional persisten desigualdades: los hombres presentan tasas de inserción laboral más elevadas, sobre todo en FP Básica y Media. La infrarrepresentación femenina es notable en áreas técnicas como energías renovables, eficiencia energética o gestión forestal, mientras que en disciplinas relacionadas con salud ambiental o biología las mujeres son mayoría.

Gobernanza, hábitos sostenibles y percepción ambiental

En términos de participación en la gobernanza de la transición ecológica, las mujeres han alcanzado cierta representación en comisiones legislativas y en órganos estatales, pero su participación en la gobernanza local y en puestos de liderazgo sigue siendo inferior a la de los hombres.

En cuanto a los hábitos sostenibles, las mujeres adoptan en mayor medida prácticas de movilidad y consumo responsables. Asimismo, perciben de forma más acusada la gravedad del cambio climático y tienden a involucrarse más en acciones cotidianas contra este problema. Además las mujeres se consideran más afectadas por la contaminación y la pobreza energética, ya que determinados grupos de mujeres sufren con más intensidad los efectos de las temperaturas extremas y de la precariedad en el acceso a recursos energéticos.

Economía circular y retos de futuro

En cuanto al papel de las mujeres en la economía circular, se constata un avance en la integración del enfoque de género en políticas y proyectos, aunque de manera desigual. Persisten desafíos en la financiación de emprendimientos femeninos, la visibilización del trabajo de las mujeres en sectores tradicionalmente asociados al reciclaje o la incorporación de voces femeninas en la planificación y evaluación de proyectos circulares. Es preciso ampliar la presencia de mujeres en ámbitos técnicos e innovadores de la economía circular, así como reforzar la perspectiva de género en campañas de comunicación y formación especializada.

La transición ecológica, aunque ofrece oportunidades, reproduce desigualdades de género ya existentes en el mercado laboral y en la gobernanza. La infrarrepresentación de las mujeres en el empleo y emprendimiento verde constituye el principal desafío, especialmente en sectores técnicos y estratégicos como energía, agua, bosques y mar.

No obstante, también se vislumbran avances: la menor brecha salarial en los empleos verdes, la paridad en ciertos ámbitos universitarios y la creciente conciencia ambiental de las mujeres son puntos de partida para construir un futuro más equitativo.

 

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