Igualdad y empleo frente al desafío de la IA

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Un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alerta de que uno de cada cuatro empleos a nivel mundial ya está expuesto al uso de herramientas de inteligencia artificial generativa (IA Gen), con un impacto especialmente acusado en ocupaciones con mayor presencia femenina.

La transformación tecnológica avanza a gran velocidad y el mundo del trabajo no es ajeno a esta revolución.

El reciente informe Generative AI and Jobs: A Refined Global Index of Occupational Exposure de la OIT revela que cerca del 25 % de los empleos globales presentan algún nivel de exposición a tareas automatizables con IA generativa, una cifra que sube hasta el 34 % en los países de ingresos altos.


Uno de los hallazgos más relevantes desde la perspectiva de la igualdad es la brecha de género en la exposición a esta tecnología: el 4,7 % del empleo femenino mundial se encuentra en el nivel más alto de exposición, frente al 2,4 % del empleo masculino. Esta diferencia es aún mayor en economías avanzadas, donde la proporción de mujeres en ocupaciones altamente expuestas casi triplica a la de los hombres.


Las tareas más automatizables se concentran en puestos administrativos y de apoyo clerical, ocupaciones tradicionalmente feminizadas, mientras que las ocupaciones con predominio masculino, vinculadas al trabajo manual o técnico, presentan menor riesgo de automatización por GenAI.

Es imprescindible anticipar los efectos de la IA generativa mediante el diálogo social y la participación activa de las personas  trabajadoras y empresas en el diseño de estrategias de transición tecnológica justa.


Deben implementarse planes de formación y recualificación profesional con perspectiva de género, que permitan a las trabajadoras acceder a nuevas oportunidades laborales creadas por la digitalización.


Las empresas han de incorporar la igualdad como criterio transversal en sus procesos de innovación y digitalización, garantizando que los avances tecnológicos no reproduzcan ni amplifiquen las desigualdades existentes.


La digitalización puede ser una palanca de igualdad si se gestiona de forma responsable, inclusiva y con participación social. 


“La clave no está en frenar la tecnología, sino en asegurar que nadie se queda atrás”

Puedes leer el informe completo pinchando aquí 

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