Elaborado por el Observatorio de las Ocupaciones. Este informe destaca avances en la participación femenina en el mercado laboral español, pero también señala la persistencia de desigualdades significativas entre mujeres y hombres en términos de contratación, desempleo y calidad del empleo. Servicio Público de Empleo Estatal
Principales hallazgos del informe:
Afiliación a la Seguridad Social: A finales de 2024, la afiliación aumentó un 2,26%, superando los 21 millones de personas. Aunque el incremento fue mayor entre las mujeres, los hombres continúan representando la mayoría, con el 52,58% del total de afiliados.
Tasa de actividad: La tasa de actividad de la población de 16 o más años se sitúa en el 58,49%. La tasa de empleo masculino es del 65,3%, mientras que la femenina alcanza el 55,7%, reflejando una brecha de 10,09 puntos porcentuales en la participación laboral.
Contratación: La brecha de género en la contratación se ha reducido progresivamente en los últimos cinco años. Desde 2020, la contratación femenina ha aumentado en 3,87 puntos porcentuales, alcanzando el 46,90% en 2024. Sin embargo, en los dos últimos años, este incremento se ha ralentizado, con una subida de apenas 0,78 puntos porcentuales respecto a 2022.
Desempleo: El desempleo afecta en mayor medida a las mujeres, con una tasa del 11,83% en 2024, frente al 9,53% en el caso de los hombres.
Jornadas parciales: La presencia de mujeres trabajadoras sigue siendo especialmente relevante en los contratos a jornada parcial. En 2024, el 39,25% de las mujeres contratadas tuvieron este tipo de jornada, mientras que entre los hombres el porcentaje fue del 21,04%.
Puestos de alta dirección y sectores de mayor retribución: El informe constata la menor presencia femenina en estos ámbitos. Las mujeres, que representan el 59,81% del total de personas desempleadas, destacan en grupos como personal contable, administrativo y otro personal de oficina; servicios de restauración; y técnicos y profesionales científicos e intelectuales.
Estos datos subrayan la importancia de implementar y seguir de cerca las medidas establecidas en los planes de igualdad dentro de las empresas. El seguimiento continuo de estas acciones es esencial para garantizar que se cumplan los objetivos propuestos y para identificar áreas que requieran ajustes o mejoras.
Además, es fundamental que las empresas procedan a la renovación de sus planes de igualdad una vez que estos alcanzan su fecha de fin de vigencia. Esta práctica asegura la actualización y adaptación de las estrategias de igualdad a las realidades cambiantes del mercado laboral y a las necesidades específicas de la organización.
El SEPE, a través de sus políticas activas de empleo, enfatiza la necesidad de reforzar las políticas de igualdad en el mercado laboral, promoviendo la estabilidad y la igualdad salarial, así como incentivando la presencia femenina en sectores estratégicos donde su participación sigue siendo reducida.
