Cada 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar con el fin de visibilizar la precariedad y la infravaloración del trabajo que se realiza en el ámbito doméstico y reivindicar los derechos laborales de un sector precario y muy feminizado.
El empleo doméstico se define según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como cualquier trabajo que se realice en el hogar privado, desempeñando ocupaciones y tareas como: lavar, fregar, limpiar, cocinar, entre otras tareas domésticas y actividades del hogar, así como el cuidado de menores y/o personas dependientes.
Entre las ramas de actividad donde las mujeres son mayoría destaca las actividades de los hogares como empleadores de personal del hogar familiar, donde las mujeres representan casi 90% (89,48%) de las personas ocupadas en dicha rama de actividad. (Fuente Observatorio de las Ocupaciones del SEPE. 2023).
Los últimos datos publicados por el SEPE muestran como en dicho sector se ha producido un aumento del número de mujeres demandantes de empleo, un 5,11%, manteniéndose en el primer lugar del ranking de sectores con tasa de demanda de empleo femenina, pues del total de personas demandantes de empleo en el sector, el 91,41% son mujeres.
Más del la mitad de las personas ocupadas en el sector del empleo doméstico trabajan a tiempo parcial
Hay que recordar la reforma legal que supuso el Real Decreto-Ley 16/2022 de mejora las condiciones de trabajo de las personas trabajadoras al servicio del hogar. A este respecto en este espacio apuntamos algunos aspectos en un post anterior (acceder al post), así como su inclusión definitiva en la Ley 31/95 de prevención de riesgos laborales, de la que estaban excluidas, si bien aún queda mucho por mejorar. Es importante dignificar el sector de cuidados y a su vez acometer la plena equiparación de derechos de las trabajadoras del hogar.