DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES RURALES: 15 DE OCTUBRE
El Día Internacional de las Mujeres Rurales es una jornada que se celebra anualmente el 15 de octubre desde 1997, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007, con el propósito de visibilizar y reconocer la contribución de las mujeres rurales al desarrollo económico, social y ambiental a nivel global. En la declaración inicial, la organización hace un llamamiento para mejorar la condición de las mujeres rurales, prestando atención a sus necesidades, y también para empoderarlas en el ámbito social, económico y político, asegurándoles condiciones equitativas en un mundo rural donde, históricamente, han sido relegadas a un segundo plano.
El lema de este año ha sido “Mujeres rurales como sostenedoras de la naturaleza para nuestro futuro colectivo: construir resiliencia climática, conservar la biodiversidad y cuidar la tierra para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas”.
Con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, el 15 de octubre de 2024 se celebró en Binéfar (Huesca) una jornada con el título “Ellas siembran el futuro” que fue organizada por el El Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación y el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM). Este evento buscó visibilizar las experiencias y aportes de las mujeres rurales en sus comunidades, resaltando su papel en la agricultura y su vínculo especial con el medio ambiente. Es importante reconocer y apoyar a las mujeres rurales a través de políticas públicas que garanticen su acceso a recursos y tecnologías que faciliten su trabajo y mejoren su calidad de vida. El apoyo gubernamental y social es esencial para que estas mujeres puedan continuar desarrollándose, contribuyendo al bienestar de sus comunidades y evitando la despoblación.
El empoderamiento de las mujeres rurales no es solo una cuestión de equidad de género, sino un paso esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre ellos, el fin de la pobreza y el hambre (ODS 1 y 2), la igualdad de género (ODS 5) y la acción por el clima (ODS 13). Los estudios han demostrado que cuando las mujeres rurales tienen acceso a los mismos recursos que los hombres, la productividad agrícola aumenta y la seguridad alimentaria mejora.
Emprendimiento y diversificación económica
Las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales en España. A lo largo de los últimos años, su contribución ha ido ganando visibilidad e importancia, ya que son clave en la dinamización económica, la preservación de las tradiciones, y la innovación en sectores como la agricultura, el turismo rural y los servicios.
Las mujeres rurales son pioneras en emprendimientos locales y contribuyen a diversificar la economía. A través de iniciativas en agroalimentación, turismo rural, artesanía y servicios, estas emprendedoras crean empleo, generan ingresos y ofrecen alternativas sostenibles que permiten a las comunidades mantener y atraer población. Su capacidad para identificar oportunidades y adaptarse a las demandas del mercado es un recurso esencial para el crecimiento.
La implementación de políticas públicas que fomenten la corresponsabilidad y la conciliación entre la vida laboral y familiar es clave para evitar que las mujeres tengan que abandonar sus proyectos. Las inversiones en educación y capacitación digital también son necesarias para que estas emprendedoras puedan acceder a mercados más amplios y mejorar su competitividad.
Preservación de la cultura y tradiciones
Además de sus actividades económicas, las mujeres rurales juegan un papel crucial en la preservación de la cultura, las tradiciones y el patrimonio local. Al promover actividades como la gastronomía, la producción artesanal y las festividades locales, ayudan a conservar la identidad y el atractivo turístico de sus comunidades. Esto no solo tiene valor cultural, sino que es un atractivo económico, ya que fomenta el turismo y las visitas a estos entornos.
Innovación en la agricultura y la sostenibilidad
Muchas mujeres están liderando el cambio hacia prácticas agrícolas más sostenibles y ecológicas, introduciendo métodos innovadores en la gestión de cultivos, ganadería y producción de alimentos. Este enfoque no sólo beneficia al medio ambiente, sino que también incrementa la resiliencia de las comunidades rurales ante el cambio climático y evita la despoblación.
Desafíos y necesidad de apoyo
A pesar de su gran contribución, las mujeres en las zonas rurales enfrentan importantes desafíos, como la falta de acceso a financiación, la desigualdad en el reparto de las tareas domésticas y la escasez de servicios. Las políticas de apoyo, capacitación y financiación pueden ser herramientas cruciales para mejorar sus oportunidades y permitir que estas mujeres puedan seguir desarrollándose y contribuyendo a la creación de riqueza en el medio rural.
Hacia un futuro rural sostenible e igualitario
Para asegurar un desarrollo rural sostenible e inclusivo, es esencial visibilizar y apoyar el rol de las mujeres en estas zonas. Iniciativas como la formación en liderazgo, acceso a recursos financieros y la mejora de infraestructuras ayudarán a mejorar sus oportunidades de acceso al empleo, fortalecer sus proyectos y a incentivar la igualdad de oportunidades en el medio rural, contribuyendo a reducir la despoblación.
De igual manera, es fundamental fomentar redes de apoyo y colaboración entre mujeres rurales para compartir conocimientos, recursos y experiencias. Este tipo de redes no solo empoderan, sino que también potencian la innovación y el desarrollo de proyectos conjuntos que generan empleo y fortalecen la economía local. Un apoyo integral que incluya tanto los recursos económicos como el acceso a infraestructuras y servicios esenciales, como la salud y la educación, es vital para que el medio rural se mantenga vibrante y atractivo para las generaciones futuras.