La paridad de género: cómo las palabras de Von der Leyen explican la necesidad de las medidas legislativas en las empresas

Comparte esta noticia:

En una reciente declaración, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, abordó de manera contundente la cuestión de la paridad de género en los puestos de liderazgo político, señalando que “si no la reclamo, no la consigo”. Estas palabras no solo resumen su experiencia personal en la política, sino que también ponen de manifiesto una realidad universal: la igualdad de género no se consigue de manera espontánea ni natural, sino que requiere una acción intencionada y proactiva. Esta reflexión encierra la misma lógica detrás de las medidas legales como las establecidas en el Real Decreto 6/2019 y el Real Decreto 901/2020, aplicables al ámbito empresarial en España.


El diagnóstico: desigualdad estructural

Las palabras de Von der Leyen revelan una verdad crucial: la igualdad de género en los altos cargos no ocurre por sí sola. De hecho, históricamente las mujeres han estado subrepresentadas en los puestos de responsabilidad tanto en la política como en el mundo empresarial. Esto refleja lo que el Real Decreto 6/2019 trata de abordar al exigir que las empresas analicen la infrarrepresentación femenina como parte de los planes de igualdad.

Tal como se menciona en el decreto , el análisis de la plantilla desde la perspectiva de género se convierte en una obligación en las empresas para identificar y combatir la segregación ocupacional que afecta a las mujeres, especialmente en puestos de mayor responsabilidad.

Von der Leyen explica en su intervención que la falta de candidaturas femeninas para los puestos de comisarios europeos no es accidental, sino que responde a patrones culturales y estructurales. De la misma forma, las empresas que no cuentan con suficientes mujeres en sus puestos de mando reproducen una estructura organizativa que perpetúa la segregación vertical, donde las mujeres suelen quedarse estancadas en posiciones de menor poder.

La acción positiva: una necesidad imperativa

El hecho de que Von der Leyen haya solicitado explícitamente a los Estados miembros que nominen a mujeres junto con hombres para los cargos de comisarios refleja la importancia de las medidas de acción positiva. Este mismo principio es el que impulsa las disposiciones del Real Decreto 901/2020 en el ámbito empresarial. La normativa exige que, una vez identificada la infrarrepresentación femenina, se tomen medidas concretas para equilibrar la plantilla, promoviendo a mujeres a roles de mayor responsabilidad. Estas medidas no solo buscan reparar una desigualdad histórica, sino que son vitales para construir un sistema más justo y representativo.

Von der Leyen apunta que, sin esta solicitud específica, la brecha de género sería aún mayor. Esto evidencia que, al igual que en la política, en el mundo empresarial la igualdad no surge de manera espontánea, sino que debe impulsarse mediante decisiones intencionadas. La normativa española refuerza esta lógica al señalar que, cuando existen condiciones de igualdad de idoneidad y competencia, se debe priorizar al sexo menos representado en la categoría profesional, una medida que busca eliminar la brecha de género existente.


Paridad como meta: un esfuerzo compartido

Otra de las frases destacadas de Von der Leyen es: “Si no lo reclamo, no lo consigo”. Esta afirmación subraya que la paridad de género no es una consecuencia natural del progreso social, sino el resultado de una lucha constante. Esto se alinea perfectamente con el propósito de los planes de igualdad exigidos en el Real Decreto 6/2019, que obligan a las empresas a diagnosticar y corregir activamente la disparidad de género en sus estructuras. La normativa se basa en la idea de que, para alcanzar una igualdad real, es necesario imponer mecanismos legales que incentiven y aseguren el cambio, ya que, de lo contrario, las dinámicas de poder tradicionales continuarán dominando.

Este esfuerzo por alcanzar la paridad de género no solo es una cuestión de justicia social, sino también de eficiencia y aprovechamiento del talento. Tanto en la Comisión Europea como en las empresas, no incluir a las mujeres en los altos cargos significa desaprovechar una parte importante de la población que puede aportar diversidad de perspectivas, innovación y mejoras en la toma de decisiones.

Un desafío común: la resistencia al cambio

Un aspecto relevante que se desprende de las palabras de Von der Leyen es la resistencia que enfrenta el cambio hacia la igualdad de género. En su intervención, admite que, aunque ha hecho un esfuerzo por impulsar la paridad, muchos gobiernos europeos no han respondido adecuadamente a su petición de nominar a un hombre y una mujer para los cargos de comisarios. Esta misma resistencia es palpable en el mundo empresarial, donde, a pesar de las normativas, muchas organizaciones se muestran reacias a implementar medidas efectivas para promover la igualdad.

Este es un recordatorio de que las normas, como el Real Decreto 901/2020, no son soluciones milagrosas, sino herramientas que requieren un esfuerzo sostenido y una voluntad real por parte de las empresas para llevar a cabo los cambios necesarios. Al igual que Von der Leyen debe seguir presionando a los gobiernos para lograr una mayor paridad en la Comisión Europea, las autoridades laborales y los comités de igualdad deben vigilar que las empresas cumplan con las normativas y adopten las medidas correctoras necesarias.

Al final, el mensaje de fondo es claro: la igualdad de género no es algo que simplemente ocurra; es algo por lo que debemos actuar de manera consciente, con leyes que obliguen a las organizaciones y gobiernos a tomar medidas concretas, como lo refleja tanto el esfuerzo de Von der Leyen como la legislación española.

OTRAS NOTICIAS...